Click acá para ir directamente al contenido

Las escalofriantes y macabras revelaciones de la autopsia de Michael Jackson

  • Viernes 21 de febrero de 2020
  • 10:38 hrs

El rey del pop murió a los 50 años a causa de un paro cardíaco provocado por una sobredosis de propofol.

Al momento de su muerte, en junio de 2009, Michael Jackson tenía el cuerpo devastado por las cirugías estéticas, por los medicamentos recetados y por una aparente batalla contra la anorexia. El informe de la autopsia de la estrella de la música arrojó escalofriantes detalles del estado físico que tenía la voz de “Thriller” cuando murió a los 50 años a causa de un paro cardíaco provocado por una sobredosis de propofol, un potente calmante.

De acuerdo con The Sun, el cantante tenía pastillas parcialmente disueltas en el estómago y sobrevivía con solo una pequeña comida al día. Su cadera, muslos y hombros estaban cubiertos de marcas de pinchazos de las inyecciones de analgésicos que recibía a diario de su médico personal, Conrad Murray, quien fue declarado culpable de homicidio involuntario por administrar incorrectamente la droga que condujo a la muerte del artista.

Además, según el citado medio, los labios del “rey del pop” habían sido tatuados de color rosa mientras que sus cejas eran tatuajes negros y la parte delantera de su cuero cabelludo también había sido tatuado de negro para combinar con el color oscuro de su cabello.

Mientras tanto, sus rodillas estaban misteriosamente magulladas y tenía cortes en la espalda. Su cuerpo también estaba manchado, lo que confirma que sí padecía vitíligo, una enfermedad de pigmentación. Pero lo más inquietante que se descubrió fue que su cabello ondulado, hasta los hombros, era una peluca pegada a su cabeza, ya que era calvo.

“Era piel y hueso, se le había caído el pelo y no había estado comiendo más que pastillas cuando murió”, dijo una fuente a The Sun. “Las marcas de inyección en todo el cuerpo y la desfiguración causada por años de cirugía plástica demostraron el declive de sus últimos años”.

Se cree que Jackson comenzó a usar peluca tras sufrir quemaduras de segundo y tercer grado durante la filmación de un comercial de Pepsi en 1984. El rodaje en el Auditorio Shrine de Los Ángeles le exigió que bajara un corto tramo por unas escaleras mientras se lanzaban fuegos artificiales a su alrededor. Pero un problema técnico durante una toma provocó chispas que impactaron en el rostro de Jackson, quien terminó con varias heridas.